Yo he tenido la suerte de ir a Ibiza en varias ocasiones, y todas ellas de una manera diferente.
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El primer año que correspondía acudir a mi equipo yo no pude asistir porque estaba en otro campeonato de baloncesto. Pero mientras mis amigas y mi verdadero equipo disfrutaba en Ibiza, yo me comía las uñas pensando que no lo estaba pasando ni el 50% de lo que podía hacerlo allí. Son cosas que tocan.
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Al año siguiente si pude ir y realmente confirmé todas las emociones y experiencias que me contaron de eses lugar. Es algo increíble. Ese año llegamos a semifinales, casi no lo creíamos ni nosotras mismas. Aunque no pudo ser, quedamos en muy buen puesto, 3º.
Nos lo pasamos en grande, con Natxo, Vanesa y Esther, que aunque no eran nuestros entrenadores congeniamos bastante bien con ellos tanto en el campo como fuera de Él.
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El siguiente año se nos rompieron todas nuestras ilusiones en el primer partido. Influyó mucho en el equipo, ya que habíamos obtenido buenos resultados años atrás, pero bueno. Nos lo pasamos también genial. Eran unas risas constantes, un ambiente Único. Julio y Txus se esforzaron en que nuestro Último año en Ibiza fuera inolvidable. Y así fue.
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A partir de ahí he acudido como entrenadora y como acompañante.
No olvidaré las noches con Julio y su Zumito de Piña, fue ahí donde aprendí a jugar al mus, con Marina, Natxo y Jul. Me lo pase también muy bien.
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Ya por Último como acompañante, fue una experiencia totalmente diferente. Hicimos también mucha piña con el grupo, las comidas, los momentos en las habitaciones, las farras...
Pero sinceramente me moría de la envidia al ver a nuestros equipos de noainbasket como disfrutaban jugando al Basket. Me daba nostalgia, quería volver a estar en esa situación. Y creo que como a muchos,
en Semana Santa me gustaría retroceder años atrás.
Todavía lo sigo echando de menos, así que disfrutar por todos los que ya no podemos ir, o no fueron en su momento, yo falté un año y me sigo arrepintiendo.
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Marta Gurbindo
