Antes de que el tiempo borre de mi memoria, los momentos vividos este año, (que son muchos), me dedico a escribir este pequeño relato, teniendo en cuenta que no se me da bien, intentaré hacerlo lo mejor posible.
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Este año fue mi tercer viaje, viajamos 35 personas, no está mal, por un momento tenía mal apaño, porque yo tenía hijas en los dos equipos, así que tenía que organizarme muy bien. Íbamos 8 padres, por lo que alquilamos 2 coches, tuve la gran suerte, de que las madres que ocuparon el mío, no les importaba ver los partidos de los dos equipos, así que muchas gracias a todas.
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Para nuestras cadetas era su tercer año, viajaban con una ilusión tremenda, pero el primer día ya empezaron los problemas de salud, con esa gastroenteritis, que también afectó a una de nuestras madres, pero a mí, como veterana, me sorprendió su madurez, su seriedad, todo ello contrastaba con nuestras infantas, que ¡¡madre mía!!, todo aquello les superaba, no había manera de pararlas. Pero las charlas de Julio y Sergio, las conversaciones con las cadetas, y porque no, la afición que llevaban (porque éramos pocos, pero a ruido no nos ganaba nadie), consiguieron por fin, llevarlas a ganar el primer partido, ¡¡qué sensación!! que euforia.
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Mientras tanto, en el equipo cadete, seguía habiendo más bajas, y la moral decayendo, tantas ilusiones iban al traste, para hacerlo todo mas difícil las infantas volvían a ganar, en un partido Épico, que Julio ya se ha encargado de contar.
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Hay momentos tan mágicos que solo ocurren en ese lugar, o yo solo los he vivido allí, la noticia de que las infantas habían ganado el segundo partido corrió como la pólvora por nuestra expedición, las cadetas esperaban la llegada, porque sabían que se tiraban a la piscina, y se encontraron con Arantza en la entrada del hotel, se le pusieron de rodillas coreando su nombre, la pobre lloraba como una magdalena, y desde los balcones las mayores les aclamaban, bueno...., muy emocionante. No sé qué hubiera pasado de haber ganado el memorial, porque su entrada al comedor fue triunfal, porque por cantar que no sea,¡¡ que canciones!!!!
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Al día siguiente nuestras cadetas jugaban su último partido, tuvieron que ir a apoyarlas 3 infantas, y por fin ganamos ese partido, serían las ganas, que las peques estaban subiditas y les inyectaron ánimo, que necesitaban terminar con una victoria.
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Se me olvidaba que teníamos a un forofo más en nuestras filas, a Tommy, (si lees esto muchos besos y gracias por venir a nuestros partidos y sufrirlos con nosotros).
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Hay cosas impagables, pero ver a mis hijas darse abrazos estos días, no se paga con dinero.
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Recordar a Pura por su homenaje, fue muy emocionante, a Miriam y a Víctor,(y su tom-tom) (que fueron de turismo, pero solo consiguieron ver los pabellones), por mimar a nuestras chicas, a Jesús por su paciencia con las madres, a María, Inés, Carmen, Angelines, Julia, Míguela, por esos ratos tan agradables , a Laura por su pantaloneta roja, a Lorena, por su pelotari, a Sergio por su pijama cocoliso, y a Julio por no dejarme entrar al confesionario, jajaja.
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Y como no a todas las chicas por hacerme vivir momentos mágicos.
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Yolanda Armendáriz