Todavía recuerdo mi única experiencia como “deportista” en un torneo, seria el año 1992 ó 1993 y por aquel entonces jugaba a fútbol como el resto de mi quinta. Este torneo se disputaba en Tarbes (Francia), recuerdo que el lugar donde nos alojábamos era un colegio interno, que nos daban de comer en una carpa a 0º de temperatura, pollo frío, y una bolsa de patatas, y en los desayunos no había ni leche.
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También creo recordar, que no jugamos ningún partido sin sentir la lluvia y el frío.
La verdad que contándolo así no es nada atractivo, pero os puedo asegurar que después de pasar 16 años, estos datos no dejan de ser mas que simples anécdotas y lo que realmente se guardan como buenos recuerdos, son convivir unos días inolvidables con un grupo de personas (participantes, entrenadores, padres, organizadores), por lo que me puedo hacer una pequeña idea, de lo que las personas que han participado en el Memorial David, han sentido en algún momento.
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Parece imposible de imaginar que por un error al enviar un fax, tenga enormes consecuencias durante los siguientes 8 años y ya veremos hasta cuando...
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Yo he podido asistir 7 años al torneo (6 como entrenador y 1 de acompañante)
El primer año (1999-2000) entrenaba con Julio y Nacho al equipo cadete femenino, o mejor dicho la quinta del 85 (Raxel, Inma, Oih, Shei), ese año era mi vuelta como entrenador después de uno o dos años sabáticos.
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Me acuerdo perfectamente que el fax se recibió por la mañana y que Julio me comento la posibilidad de proponer el viaje a los padres y jugadores a eso de las 2 de la tarde del mismo día, demasiado tiempo... para que Julio daría marcha atrás, tenia todo diseñado en su cabeza, y yo poco podía hacer mas que dar mi apoyo a tal evento.
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Desde que los padres dieron el visto bueno, hasta el día del viaje, todo eran comparaciones a otros viajes similares que el club había experimentado antes o campamentos, pero lo que se avecinaba no era nada parecido.
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Llego el día y salimos a eso de las 14:00h en miércoles (los primeros años el torneo era de jueves a sábado, con el viaje de miércoles a domingo) rumbo a Barcelona, la inexperiencia se notaba en el rostro de los entrenadores (atasco a la llegada de Barcelona y más tarde en los tickets del Barco, había distintos colores, para distintas clases)
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No pude dormir en todo el viaje, y eso que llegamos a Ibiza por la mañana y teníamos un partido a eso de las 10:00h. Después del partido pudimos ver, que nada de lo que nos habíamos imaginado antes, se parecía a lo que realimente se vivía allí. Jugadores de basket por todos los lados, pistas callejeras, ese Hotel Mare Nostrum ***...que gran buffet...
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La verdad que después de pasar tanto tiempo, sigo recordándolo casi perfectamente. Este año participamos como he indicado anteriormente el Cadete del 85 y el Infantil del 86, empezamos con lo que se a convertido en tradición, ir a animar a los demás equipos del club, y recuerdo que uno de los partidos que fuimos a ver al infantil fue en las pistas exteriores Raspallar (como me gusta ver los partidos allí), el partido fue reñido y Nerea Ugalde recibió un fuerte golpe, pero todo estaba controlado, ya que ese año teníamos masajistas, cámaras, 3 entrenadores por equipo, padres como acompañantes. Etc...
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Este año conocimos a nuestro gran amigo Tomy Booth, que era jugador, y actualmente colaborador, y que se hizo amigo de nuestras jugadoras que años posteriores van visitando el torneo como entrenadoras.
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El segundo año (2001) ocurrió el desgraciado problema en el que nos juntamos dos cadetes (año 85-86) y una sola plaza, pero en esta vida con un poco de apoyo por parte de todos e ilusión se pueden resolver muchos problemas. Hicimos un solo equipo, y eso tenía su problemática ya que se disfrutaban de pocos minutos, había convocatorias... pero lo más importante por encima de todo, es que se dio la oportunidad a todas las jugadoras del club, y ese agradecimiento se noto en el transcurso del torneo. Me lo pase genial con los dos grupos.
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Este mismo año también participo el infantil (87), con Alex Calvo como acompañante, ya que jugaba su hermana Yanira. Se le veía perfectamente que a este chaval le iba el rollo del basket. Posiblemente fue en este viaje cuando nos hicimos amigos, ya que siempre llevaba una pelota, y jugábamos por los pasillos del hotel.
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Llegaba el tercer año (2002) en el que íbamos a participar en el torneo, y yo estaba sin equipo (otro de mis años sabáticos), pero tenia la posibilidad de viajar como acompañante y la verdad que no lo dude.
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Personalmente creo que el simple entorno del memorial te da fuerza, te ayuda, te forma, porque desde entonces ya no se me ha pasado por la cabeza el pegarme un año sabático.
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Continuaban los años y la participación en el Memoria era una actividad importante dentro del club, los chicos que empezaban nuevos por la escuela, ya empezaban a oír algo del “fenómeno Ibiza” y los padres nos preguntaban ¿cuándo nos toca a nosotros??
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Los dos años siguientes (2003-2004) acudí como entrenador del INFANTIL y CADETE de la quinta del 89. En el primer año con este equipo tuvimos grandes dudas de inscribirlo por falta de jugadoras, pero echamos mano rápidamente de las preinfantiles de 90 (Natalia, Zaida y Maialen Ugalde).
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En el segundo año resaltar el Herri Kirolak, realizado en la playa, en la que el amigo Goyo, animador de esa edición, se cargo una azada en la mochila desde Noáin hasta Ibiza, con el asombro de todas las personas que pudieron presenciar tal competición.
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Poco a poco, los entrenadores preparábamos actividades para el tiempo libre como (rastas, pulseras, caretas, y el citado anteriormente deporte rural)
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Al año siguiente (2005) no entrenaba a ningún equipo que viajara a Ibiza, tampoco tuve la posibilidad de viajar como acompañante, y este año lo pase realmente mal. Si ha habido un año, en el que el día antes del viaje a Ibiza no he podido dormir, este fue el año. Recuerdo que me desperté en el momento que se iban con el club Easo, me asome al balcón y estuve ahí quieto hasta que se fueron, toda la mañana pensando que si ahora están en Teruel, ahora comiendo, ahora en el barco, y todo los días llamando a Julio y Nacho como iban las cosas. Que pesado....!!!
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Otro equipo con el que también he ido a Ibiza es el de las chicas del año 90 (2006), este año Jul entrenaba solo y me ofreció incorporarme al equipo que mas tarde iría a Ibiza.
Otra vez, el club que me cambio la vida, me daba una nueva oportunidad de participar en el Torneo MAS SANO, que he podido conocer.
No fue un torneo fácil, estábamos inscritas pocas jugadoras, y días antes de viajar a Ibiza, sufrimos la baja de Zaida.
Tuvimos jugadoras que asumieron una responsabilidad, que nunca antes habían tenido.
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Sin ninguna duda, todos los años que hemos acudido a Ibiza son especiales, pero el año 2007 se recordara en mi memoria como uno de los más grandes, ya que me dieron la oportunidad de acudir al Memorial David Booth, con un equipo masculino, un Club como Noáin, que dispone de 2 equipos masculinos..., la ilusión era máxima.
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De esta aventura, mucha culpa tiene mi gran amigo Alex Calvo, y como no, a esa “piña” que forman ese equipo, porque el esfuerzo y compromiso que han demostrado los dos años que llevan compitiendo es brutal.
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Supimos asumir a la perfección que éramos un equipo humilde, muy humilde, pero que en ganas, esfuerzo y compromiso, podíamos ser iguales a los demás, y lo fuimos.
La convivencia entre los tres equipos, fue perfecta. Los entrenadores (David, Diana, Julio, Txus, Txiki), estábamos muy agradecidos a este comportamiento por la gran “PIÑA” que se había formado.
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Realmente no es fácil resumir lo vivido en el Memorial David Booth, durante 7 años como “entrenador o acompañante”, como he indicado al inicio de la memoria, se pueden escribir muchas anécdotas, contarlas año tras año a las nuevas generaciones, pero la fiebre “Ibiza” es mucho mas sencilla que escribir todas estas anécdotas. Son cosas que uno no expresa hasta que le dan la idea de escribir una memoria, son cosas tan sencillas como el acudir el día de salida y charlar unos minutos con los padres de los jugadores participantes, que están eternamente agradecidos, ya que son conscientes de que este viaje les ayudara a formarse como jugador y como persona, el recibir las llamadas de Lorenzo Condado o Marisa López en el bus cuando solamente llevamos dos horas de viaje (mas las que se pegan luego), abrazar en el puerto de Valencia a Tomy Booth año tras año, el que te salude el hombre del bigote que organiza todos los autobuses, el amanecer de todas las mañanas en una Isla Magica, conocer equipos, entrenadores, organizadores, árbitros, ver como el rival anima cuando te acaba de ganar y saben que no estas pasando un buen momento.
Yo soy de la opinión de que como jugador, de todos los entrenadores que he tenido, he aprendido, pero también estoy seguro, que de todos los jugadores o participantes que han convivido conmigo durante estos 7 años, también he aprendido de ellos.
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Muchas gracias a toda la familia Noáin Basket, a la inmejorable organización de todo el torneo David Booth, y a Julio por hacer posible que las “anécdotas e ilusiones”, queden plasmadas en este cuadernillo de gran valor sentimental.
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Sergio Aguirre
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También creo recordar, que no jugamos ningún partido sin sentir la lluvia y el frío.
La verdad que contándolo así no es nada atractivo, pero os puedo asegurar que después de pasar 16 años, estos datos no dejan de ser mas que simples anécdotas y lo que realmente se guardan como buenos recuerdos, son convivir unos días inolvidables con un grupo de personas (participantes, entrenadores, padres, organizadores), por lo que me puedo hacer una pequeña idea, de lo que las personas que han participado en el Memorial David, han sentido en algún momento.
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Parece imposible de imaginar que por un error al enviar un fax, tenga enormes consecuencias durante los siguientes 8 años y ya veremos hasta cuando...
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Yo he podido asistir 7 años al torneo (6 como entrenador y 1 de acompañante)
El primer año (1999-2000) entrenaba con Julio y Nacho al equipo cadete femenino, o mejor dicho la quinta del 85 (Raxel, Inma, Oih, Shei), ese año era mi vuelta como entrenador después de uno o dos años sabáticos.
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Me acuerdo perfectamente que el fax se recibió por la mañana y que Julio me comento la posibilidad de proponer el viaje a los padres y jugadores a eso de las 2 de la tarde del mismo día, demasiado tiempo... para que Julio daría marcha atrás, tenia todo diseñado en su cabeza, y yo poco podía hacer mas que dar mi apoyo a tal evento.
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Desde que los padres dieron el visto bueno, hasta el día del viaje, todo eran comparaciones a otros viajes similares que el club había experimentado antes o campamentos, pero lo que se avecinaba no era nada parecido.
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Llego el día y salimos a eso de las 14:00h en miércoles (los primeros años el torneo era de jueves a sábado, con el viaje de miércoles a domingo) rumbo a Barcelona, la inexperiencia se notaba en el rostro de los entrenadores (atasco a la llegada de Barcelona y más tarde en los tickets del Barco, había distintos colores, para distintas clases)
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No pude dormir en todo el viaje, y eso que llegamos a Ibiza por la mañana y teníamos un partido a eso de las 10:00h. Después del partido pudimos ver, que nada de lo que nos habíamos imaginado antes, se parecía a lo que realimente se vivía allí. Jugadores de basket por todos los lados, pistas callejeras, ese Hotel Mare Nostrum ***...que gran buffet...
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La verdad que después de pasar tanto tiempo, sigo recordándolo casi perfectamente. Este año participamos como he indicado anteriormente el Cadete del 85 y el Infantil del 86, empezamos con lo que se a convertido en tradición, ir a animar a los demás equipos del club, y recuerdo que uno de los partidos que fuimos a ver al infantil fue en las pistas exteriores Raspallar (como me gusta ver los partidos allí), el partido fue reñido y Nerea Ugalde recibió un fuerte golpe, pero todo estaba controlado, ya que ese año teníamos masajistas, cámaras, 3 entrenadores por equipo, padres como acompañantes. Etc...
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Este año conocimos a nuestro gran amigo Tomy Booth, que era jugador, y actualmente colaborador, y que se hizo amigo de nuestras jugadoras que años posteriores van visitando el torneo como entrenadoras.
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El segundo año (2001) ocurrió el desgraciado problema en el que nos juntamos dos cadetes (año 85-86) y una sola plaza, pero en esta vida con un poco de apoyo por parte de todos e ilusión se pueden resolver muchos problemas. Hicimos un solo equipo, y eso tenía su problemática ya que se disfrutaban de pocos minutos, había convocatorias... pero lo más importante por encima de todo, es que se dio la oportunidad a todas las jugadoras del club, y ese agradecimiento se noto en el transcurso del torneo. Me lo pase genial con los dos grupos.
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Este mismo año también participo el infantil (87), con Alex Calvo como acompañante, ya que jugaba su hermana Yanira. Se le veía perfectamente que a este chaval le iba el rollo del basket. Posiblemente fue en este viaje cuando nos hicimos amigos, ya que siempre llevaba una pelota, y jugábamos por los pasillos del hotel.
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Llegaba el tercer año (2002) en el que íbamos a participar en el torneo, y yo estaba sin equipo (otro de mis años sabáticos), pero tenia la posibilidad de viajar como acompañante y la verdad que no lo dude.
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Personalmente creo que el simple entorno del memorial te da fuerza, te ayuda, te forma, porque desde entonces ya no se me ha pasado por la cabeza el pegarme un año sabático.
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Continuaban los años y la participación en el Memoria era una actividad importante dentro del club, los chicos que empezaban nuevos por la escuela, ya empezaban a oír algo del “fenómeno Ibiza” y los padres nos preguntaban ¿cuándo nos toca a nosotros??
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Los dos años siguientes (2003-2004) acudí como entrenador del INFANTIL y CADETE de la quinta del 89. En el primer año con este equipo tuvimos grandes dudas de inscribirlo por falta de jugadoras, pero echamos mano rápidamente de las preinfantiles de 90 (Natalia, Zaida y Maialen Ugalde).
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En el segundo año resaltar el Herri Kirolak, realizado en la playa, en la que el amigo Goyo, animador de esa edición, se cargo una azada en la mochila desde Noáin hasta Ibiza, con el asombro de todas las personas que pudieron presenciar tal competición.
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Poco a poco, los entrenadores preparábamos actividades para el tiempo libre como (rastas, pulseras, caretas, y el citado anteriormente deporte rural)
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Al año siguiente (2005) no entrenaba a ningún equipo que viajara a Ibiza, tampoco tuve la posibilidad de viajar como acompañante, y este año lo pase realmente mal. Si ha habido un año, en el que el día antes del viaje a Ibiza no he podido dormir, este fue el año. Recuerdo que me desperté en el momento que se iban con el club Easo, me asome al balcón y estuve ahí quieto hasta que se fueron, toda la mañana pensando que si ahora están en Teruel, ahora comiendo, ahora en el barco, y todo los días llamando a Julio y Nacho como iban las cosas. Que pesado....!!!
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Otro equipo con el que también he ido a Ibiza es el de las chicas del año 90 (2006), este año Jul entrenaba solo y me ofreció incorporarme al equipo que mas tarde iría a Ibiza.
Otra vez, el club que me cambio la vida, me daba una nueva oportunidad de participar en el Torneo MAS SANO, que he podido conocer.
No fue un torneo fácil, estábamos inscritas pocas jugadoras, y días antes de viajar a Ibiza, sufrimos la baja de Zaida.
Tuvimos jugadoras que asumieron una responsabilidad, que nunca antes habían tenido.
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Sin ninguna duda, todos los años que hemos acudido a Ibiza son especiales, pero el año 2007 se recordara en mi memoria como uno de los más grandes, ya que me dieron la oportunidad de acudir al Memorial David Booth, con un equipo masculino, un Club como Noáin, que dispone de 2 equipos masculinos..., la ilusión era máxima.
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De esta aventura, mucha culpa tiene mi gran amigo Alex Calvo, y como no, a esa “piña” que forman ese equipo, porque el esfuerzo y compromiso que han demostrado los dos años que llevan compitiendo es brutal.
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Supimos asumir a la perfección que éramos un equipo humilde, muy humilde, pero que en ganas, esfuerzo y compromiso, podíamos ser iguales a los demás, y lo fuimos.
La convivencia entre los tres equipos, fue perfecta. Los entrenadores (David, Diana, Julio, Txus, Txiki), estábamos muy agradecidos a este comportamiento por la gran “PIÑA” que se había formado.
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Realmente no es fácil resumir lo vivido en el Memorial David Booth, durante 7 años como “entrenador o acompañante”, como he indicado al inicio de la memoria, se pueden escribir muchas anécdotas, contarlas año tras año a las nuevas generaciones, pero la fiebre “Ibiza” es mucho mas sencilla que escribir todas estas anécdotas. Son cosas que uno no expresa hasta que le dan la idea de escribir una memoria, son cosas tan sencillas como el acudir el día de salida y charlar unos minutos con los padres de los jugadores participantes, que están eternamente agradecidos, ya que son conscientes de que este viaje les ayudara a formarse como jugador y como persona, el recibir las llamadas de Lorenzo Condado o Marisa López en el bus cuando solamente llevamos dos horas de viaje (mas las que se pegan luego), abrazar en el puerto de Valencia a Tomy Booth año tras año, el que te salude el hombre del bigote que organiza todos los autobuses, el amanecer de todas las mañanas en una Isla Magica, conocer equipos, entrenadores, organizadores, árbitros, ver como el rival anima cuando te acaba de ganar y saben que no estas pasando un buen momento.
Yo soy de la opinión de que como jugador, de todos los entrenadores que he tenido, he aprendido, pero también estoy seguro, que de todos los jugadores o participantes que han convivido conmigo durante estos 7 años, también he aprendido de ellos.
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Muchas gracias a toda la familia Noáin Basket, a la inmejorable organización de todo el torneo David Booth, y a Julio por hacer posible que las “anécdotas e ilusiones”, queden plasmadas en este cuadernillo de gran valor sentimental.
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Sergio Aguirre