Eran las 5:30h. de la mañana, íbamos a salir de Noáin y todavía no sabía lo que me esperaba
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Después de un largo y agotador viaje, llegamos a nuestro destino: IBIZA
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Nos parecía todo alucinante y todas estábamos entusiasmadas con el ambiente del hotel (sobre todo con la cantidad de chicos que había, je je), pero teníamos que concentrarnos en lo que habíamos ido a hacer, jugar a Basket.
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Llegó nuestro primer partido, fue desastroso, no estábamos concentradas y cometimos fallos que nunca habíamos hecho.
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El segundo partido, estuvo incluso pero que el primero y Jul y Ser se desesperaban. Yo creo que estos fallos se debieron a que estábamos nerviosas por querer hacer todo, pero la suerte no nos acompañaba.
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A pesar de todo esto, nosotras seguimos haciendo amistades, sobre todo con chicos como los de Lleida, Real Madrid, Easo, Akasvayu, Jac Sants, C.I.D.E., Castellón…
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Hasta que una charla seria y motivadora de nuestros entrenadores nos cambio el chip.
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Nuestro tercer partido, fue lo contrario a los primeros, estábamos mucho más concentradas y jugamos mejor. Tras ir uno arriba, uno abajo, al final conseguimos la victoria.
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Pero esa misma tarde teníamos otro partido, contra un rival duro, el club de Ibiza: Ses Salines, y no íbamos a bajar la guardia, pues el infantil de Noáin Basket quería otra acta rosa. Fue un partido muy reñido y complicado.
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En el último cuarto expulsan a la increíble Amaia Lanz, y pocos minutos después me expulsan a mí, no me lo podía creer, pero la que menos se lo creyó fue Uxue cuando Julio le dijo que salía por mí, aún así todas sabíamos que lo iba a hacer muy bien. Había mucha tensión en el partido, quedaba un minuto, perdíamos de 5 puntos, pero todas confiábamos en nuestro equipo. Esos últimos segundos fueron inexplicables, veíamos como el partido podía ser nuestro ó se nos podía escapar, por eso la emoción no se resistió y todo el banquillo empezó a llorar, pero no sabíamos porque, si de alegría, de tristeza, de nervios, era extraño y nuevo lo que sucedía. Hasta Julio estaba diferente, no lo había visto nunca así. Uxue, Pitu, Maialen, Natalia y Alba fueron las encargadas de darnos el empujón para saber que llorábamos de alegría, puesto que empatamos el partido y hubo prorroga. Y como no después de 5 minutos de emoción conseguimos el partido y la segunda acta rosa. Todo terminó con un gran grito en el medio de la pista. El apoyo de los padres y madres fue necesario para conseguir la victoria.
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Este fue el mejor partido de mi vida.
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Y como lo prometido era deuda fuimos de cabeza a la piscina, con el agua congelada y el traje puesto. Después del chapuzón hicimos una piña con las cadetas, que habían perdido todos los partidos y estaban tristes, aunque se harían con la victoria en último encuentro. Ese día seguro que fue el mejor que he vivido y que voy a vivir en mis días con el Club Baloncesto Noáin.
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No siendo campeonas ni tampoco subcampeonas, al club noaindarra lo conocían igual en el hotel, pues éramos las que llenábamos los rincones de cánticos navarros y rompíamos el silencio del comedor con “no estamos locas, somos de Pamplona” esa frase fue una de las que tanto repetimos.
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Otro momento inolvidable, fue cuando Jul y Ser me eligieron a mí para recoger el recuerdo en la final, aunque al principio, no quería.
Gracias Jul, gracias Ser!!!
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En definitiva, este año de Ibiza, esta Semana Santa, estoy segura de que fue y que va a ser irrepetible en mi vida.
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GRACIAS NOAIN BASKET!!! GRACIAS IBIZA!!!
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Amaia Sandua
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Después de un largo y agotador viaje, llegamos a nuestro destino: IBIZA
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Nos parecía todo alucinante y todas estábamos entusiasmadas con el ambiente del hotel (sobre todo con la cantidad de chicos que había, je je), pero teníamos que concentrarnos en lo que habíamos ido a hacer, jugar a Basket.
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Llegó nuestro primer partido, fue desastroso, no estábamos concentradas y cometimos fallos que nunca habíamos hecho.
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El segundo partido, estuvo incluso pero que el primero y Jul y Ser se desesperaban. Yo creo que estos fallos se debieron a que estábamos nerviosas por querer hacer todo, pero la suerte no nos acompañaba.
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A pesar de todo esto, nosotras seguimos haciendo amistades, sobre todo con chicos como los de Lleida, Real Madrid, Easo, Akasvayu, Jac Sants, C.I.D.E., Castellón…
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Hasta que una charla seria y motivadora de nuestros entrenadores nos cambio el chip.
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Nuestro tercer partido, fue lo contrario a los primeros, estábamos mucho más concentradas y jugamos mejor. Tras ir uno arriba, uno abajo, al final conseguimos la victoria.
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Pero esa misma tarde teníamos otro partido, contra un rival duro, el club de Ibiza: Ses Salines, y no íbamos a bajar la guardia, pues el infantil de Noáin Basket quería otra acta rosa. Fue un partido muy reñido y complicado.
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En el último cuarto expulsan a la increíble Amaia Lanz, y pocos minutos después me expulsan a mí, no me lo podía creer, pero la que menos se lo creyó fue Uxue cuando Julio le dijo que salía por mí, aún así todas sabíamos que lo iba a hacer muy bien. Había mucha tensión en el partido, quedaba un minuto, perdíamos de 5 puntos, pero todas confiábamos en nuestro equipo. Esos últimos segundos fueron inexplicables, veíamos como el partido podía ser nuestro ó se nos podía escapar, por eso la emoción no se resistió y todo el banquillo empezó a llorar, pero no sabíamos porque, si de alegría, de tristeza, de nervios, era extraño y nuevo lo que sucedía. Hasta Julio estaba diferente, no lo había visto nunca así. Uxue, Pitu, Maialen, Natalia y Alba fueron las encargadas de darnos el empujón para saber que llorábamos de alegría, puesto que empatamos el partido y hubo prorroga. Y como no después de 5 minutos de emoción conseguimos el partido y la segunda acta rosa. Todo terminó con un gran grito en el medio de la pista. El apoyo de los padres y madres fue necesario para conseguir la victoria.
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Este fue el mejor partido de mi vida.
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Y como lo prometido era deuda fuimos de cabeza a la piscina, con el agua congelada y el traje puesto. Después del chapuzón hicimos una piña con las cadetas, que habían perdido todos los partidos y estaban tristes, aunque se harían con la victoria en último encuentro. Ese día seguro que fue el mejor que he vivido y que voy a vivir en mis días con el Club Baloncesto Noáin.
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No siendo campeonas ni tampoco subcampeonas, al club noaindarra lo conocían igual en el hotel, pues éramos las que llenábamos los rincones de cánticos navarros y rompíamos el silencio del comedor con “no estamos locas, somos de Pamplona” esa frase fue una de las que tanto repetimos.
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Otro momento inolvidable, fue cuando Jul y Ser me eligieron a mí para recoger el recuerdo en la final, aunque al principio, no quería.
Gracias Jul, gracias Ser!!!
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En definitiva, este año de Ibiza, esta Semana Santa, estoy segura de que fue y que va a ser irrepetible en mi vida.
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GRACIAS NOAIN BASKET!!! GRACIAS IBIZA!!!
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Amaia Sandua
